De lo que voy a hablar en esta entrada es de una utopía fácilmente confundible por casi todos, en cierto modo difícil de distinguir. Me refiero al grandioso concepto de la felicidad. La felicidad es un estado que se consigue cuando ciertos factores en la vida de una persona están en equilibrio y armonía. Imaginar esto como una balanza. Cada uno de nosotros tiene dentro una balanza que por supuesto será diferente en función de cómo es cada uno o por sus experiencias. Una balanza puede soportar más o menos peso, y/o más o menos contraste entre las dos partes. Digamos que algunos tienen una balanza del plástico de los chinos y otras de acero blindado como el Titanic.
Definamos las dos partes de la balanza. Por un lado tenemos la parte pesada de la vida de cada uno. Puede ser muchas cosas, todo es relativo... un trabajo, hijos, gastos, frustaciones, responsabilidades... en resumen, algo con lo que cargas, que desmotiva, que desgasta. Esas cosas en las que cuando no tienes nada que hacer piensas y quitan las ganas de seguir adelante o progresar en algunos aspectos de tu vida. Por otro lado está la otra parte de la balanza, la más difícil de llenar y controlar. Aquí buscamos esas cosas que nos llenan y nos animan a no renunciar o decaer.. Serían las razones por las que te levantas cada mañana y hacer lo que tienes que hacer sin que te cueste tanto, como un amortiguador en un golpe. También podría ser infinidad de cosas... amor, otra persona, un hobby, lo que sea.
La felicidad la encuentras cuando consigues el equilibrio perfecto de cada una de las partes en tu balanza personal interior. Los factores varían en cada uno, si cambiaras ahora mismo tu vida con otra persona a lo que tenderías es a equilibrar tu nueva vida hasta conseguir el peso perfecto.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario