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14 junio 2010

La Ternera Del Mar

La bobalicona de mi madre hace un par de meses en embaucó para que me fuera de viaje con ella a algún país escandinavo. Ya hacía tiempo que yo quería ir a alguno y acepté, quedando como destino final el país de los fiordos y los glaciares: Noruega.

Llego yo al hotel el primer día y decidimos ir a dar una vuelta, como los mosquitos en el centro de la habitación. Caminaba yo por la calle con un andar saltarín y plumífero cuando llegué al fabuloso mercado municipal y perdí el bote de aceite entero. En los puestos no habían gitanos llamando maría a todo el mundo y gritando como las locas. Habían personas normales vendiendo kilos y kilos y kilos y kilos, lo que hacen alguna tonelada, de salmón ahumado, marinado, a la plancha, pelados, sin pelar, sin gluten, con gluten, diesel, gasolina, full HD, con dos mandos, etc.

Mirando yo todo ilusionado y con cara de haber ingerido 4 kilos de cristal de repente veo unos trozos de carne oscuros y con mala pinta. Lo primero que se me viene en mente es una ración de vueltas a la casera.



La bobalicona de mi madre lo ve también y da un salto estúpido y casi gracioso, enseguida sale su instinto curioso y le pregunta al que atiende que qué era eso. El que atiende le dice que es carne de ballena, que se preparaba igual que la ternera. Mi madre para sus adentros piensa "Bien! mis congéneres las ballenas, que se parecen a las vacas!" y decide comprar un trozo que le salió 16 euros, ¿?¿?¿ coronas noruegas.

Durante todo esto yo estaba con los ojos que me llegaban desde la coronilla hasta el pezón izquierdo y con una sonrisa macabra. Era una sensación única el ver lo que me estaba imaginando en mi cabeza. Veía cómo a mi madre y al tendero le clavaban un arpón de pies a cabeza hasta el punto de salírseles el cerebro por la boca y los intestinos por la columna vertebral. Luego los ahumaban vivos y se miraban el uno al otro mientras se les derretía los ojos y el corazón. Mi madre terminaba explotando de todo el monóxido de carbono de los cigarros Camel y al tío se le reventaban los testículos salpicándolo todo. Para terminar, salían las letras THE END en rosa palo.

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